miércoles, 3 de septiembre de 2014

¿Dolor o aprendizaje?

Hay muchas personas especiales en mi vida. Pablo Fernández del Campo (@hoysiquiero) es una de ellas. Es el mentor de EFT (Emotional Freedom Techniques) en España. Un gran terapeuta, un gran ser y un encuentro vital para mi crecimiento personal.
Proporciona la formación on line de esta terapia holística a través de su página http://www.tuvidaideal.com
Es uno de mis Maestros, con mayúsculas.

Hace días me sorprendió ver su estado de WhatsApp. Dice textualmente:
"Si la Vida te tumba, date la vuelta y disfruta de las estrellas"
¿Responde a un consejo o a un sentimiento personal? La pregunta me llevó inmediatamente a otra, porque Pablo te quiere libre y casi nunca da consejos. Prefiere despertar tu fuerza interna para que la domines, cual osado jinete a un caballo salvaje, y decidas por ti mismo. Normalmente te orienta hacia el disfrute y lo positivo, pero la elección siempre es tuya.
Así que sólo me quedaba suponer que se tratara de un estado de su alma. Entonces me pregunté: ¿puede un hombre como él, profundamente espiritual y enamorado del Dharma, ser tumbado por la Vida?
Le imagino riendo a carcajadas ante mi inocente pregunta, para concluir respondiendo un expeditivo y contundente "Si". Aunque encontraría mil veces antes que el resto de los mortales, una estupenda y creativa forma de levantarse.

Todos estamos tan unidos a la posibilidad de sufrir como al cordón umbilical de nuestra madre al nacer.
Admitido esto, el siguiente paso es reflexionar sobre la propuesta del estado de Pablo. ¿Qué hacer con el sufrimiento? Está claro, cortarlo, como al cordón.
Aun habiendo tenido una vida medianamente feliz, he "disfrutado" de momentos en los que me he sentido completamente desolada. La sensación es parecida a estar tirada en medio de un camino hacia ninguna parte, con nubes de polvo que se introducen en mi boca, imposibilitando mi respiración. "¿Cómo he llegado hasta aquí?", me pregunto siempre. Pero nunca encuentro la respuesta.
Podría revolcarme en ese camino empedrado y en mi sensación de abandono y angustia. Buscar los porqués y los "y si". Pero eso NO es lo importante, pues pensarlo nos lleva a un pasado inamovible e inútil, a una vorágine que nos atrapa y aniquila. Entonces, si la reflexión no aporta luz, ¿cómo vivirlo?

Ando releyendo El poder del Ahora. Este libro es otro de mis grandes maestros. En él, @Eckhart Tolle me recuerda que no son las circunstancias las causantes de mi angustia, sino las emociones que me despiertan. Aconseja observarlas, -como observamos los pensamientos-, para desidentificarnos de ellas. La verdad es que funciona, porque permite al menos, empezar a respirar. Darme cuenta de que NO soy mi emoción me libera y me permite intentar dar el segundo paso. Sin olvidar nunca, que el primero fue crucial.

¿Y el segundo?
Todo es energía. Entre todas las formas de energía, la del sufrimiento es una de las más evidentes que he sentido en la brújula de mi cuerpo. El estómago se me hace un nudo, se dificulta el fluir respiratorio, no puedo tragar y una punzada se instala permanente en mi esternón. ¡Está ahí! La siento fuertemente. Si la dejo hacer, se eleva hasta mi cerebro generando pensamientos (¡todos negativos!) sobre mi y mis circunstancias. Así que hay que volver a intentar domesticar a una fiera salvaje.

Existe un punto al que todos llegamos en un momento dado, una chispa de luz que emerge entre tanta oscuridad, y es la convicción de que hay que salir adelante, como sea.
¡Ese es el momento! Entonces puedes echar el lazo al gran dragón y usar su fuerza y su temible belleza para salir del puente en ruinas en el que te hayas. Se respira profundamente (¡lo hace el cuerpo inconscientemente!), y se comienza a ver todo de otro color. Entonces empiezan a surgir las ideas, las buenas, precedidas de un recurrente "voy a..." Creo que es fundamental no dejarlo en futurible, sino culminar la acción. Entonces, ante tu imponente creación, superados los escollos, justo cuando has logrado usar el caudal de energía para algo positivo, emerge esplendorosa la divinidad que hay en ti. Y acabas pensando que eres un ser mágico, y que mereces la pena. El dragón está doblegado.Y tú te enamoras de ti mismo.

En algún lugar que no recuerdo (perdón a la fuente), leí este pequeño ejemplo: dos madres pierden a sendos hijos a causa de una rara enfermedad. La primera es víctima de una profunda depresión y pasa el resto de su vida tomando ansiolíticos. La segunda, tras el duelo, dedica su tiempo a gestionar una fundación, constituida por ella, para investigar sobre esa enfermedad y ayudar a las familias que la padecen.... ¿Cuál es la diferencia entre ambas?

Yo no encuentro otro camino que el de aprender a gestionar los pensamientos y las emociones, y usar la energía que generamos de la forma más responsable, que es lo mismo que elegir ser feliz.
¿Difícil? Sí, pero esta vez, yo ya lo he experimentado. A menudo me rebelo ante la afirmación de que el sufrimiento es necesario para crecer. Yo elijo crecer divirtiéndome y siendo lo mejor de mi, renuncio a la desgracia y al drama como enciclopedia. Pero de aparecer el dolor, espero tener siempre la pericia para robarle el alma de diablo y crear con ella un ser de luz. Entonces, me reconozco en mi creación como lo que YO SOY.


2 comentarios:

  1. Sin lugar a dudas... ¡¡¡APRENDIZAJE Y FUENTE DE RESILIENCIA!!!

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  2. Jajaja excelente!
    La respuesta es simple: a todos nos tumban, grandes o pequeños y a los que nos gusta levantarnos despues de cada golpe, cual Roky Balboa, pueden tumbarte hasta que ya no puedas levantarte otra vez...asique te das la vuelta y disfrutas de las estrellas pues solo podras levantarte cuando hayas dejado de luchar y de ser para Ser otro. Y asi amiga mia ha sido: solo he podido levantarme de nuevo cuando dejé todo lo que era y acepté un nuevo Yo.
    El Rey a muerto!
    Viva el Rey!
    Pablo
    Pd: te toca ahora a ti ser la Maestra jejeje

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